En la vida, lo único constante son los cambios. ¿Quién decía eso? ¿Heráclito? Bueno, justamente. En mi vida laboral y, sobre todo, en mi rol como la «big boss» de Jardín Casa Roble, me he encontrado con una tremenda resistencia al cambio. Esta resistencia no solo proviene algunas veces de mi entorno directo, sino también de los adultos en general.

¿Por qué? 

Porque sin duda el ser humano le teme a lo desconocido, porque no le damos una oportunidad a los nuevos esquemas, a mejores formas de hacer las cosas. Nos acomoda quedarnos como estamos, aunque muchas veces no sea lo mejor. Aprender y sobre todo, asumir algo nuevo requiere un esfuerzo adicional que a menudo nos da miedo realizar.

Sin embargo, cuando un cambio simplemente sucede, ¿por qué no abrazarlo con todas nuestras fuerzas? ¿Por qué no darle la bienvenida? Un ejemplo: el fin de semana pasado estuve en el funeral de una persona muy querida. Ese tipo de cambio nos golpea fuertemente, nos sacude y transforma nuestras vidas por completo. Sin embargo, hay otros cambios que son una oportunidad de aprendizaje, de nuevos aires, de nuevas experiencias, de nuevos capítulos por escribir, de revisarnos y asumir estas nuevas condiciones con una mirada de crecimiento.

Abrazando Nuevas Oportunidades en Jardín Casa Roble

En Jardín Casa Roble, creemos en la importancia de abrazar los cambios positivos, especialmente cuando se trata de mejorar la educación y el bienestar de nuestros pequeños. 

Los invito a dar la bienvenida a las nuevas pedagogías, como la pedagogía Waldorf que se centra en los propios ritmos de aprendizaje y desarrollo, a nuestras nuevas profesoras, y a nuestra nueva Directora, quienes vienen repletas de nuevos conocimientos y tanto que entregar. 

Nuestra sala cuna y jardín infantil están comprometidos siempre con un ambiente de aprendizaje dinámico y enriquecedor, con una mirada amorosa y de respeto único por nuestros niños y niñas. ¡Les esperamos!

El cambio, aunque muchas veces temido, es una oportunidad para crecer, aprender y mejorar, tanto en la vida personal como en la educación de nuestros niños.

Abrazarlo con una actitud positiva es esencial para avanzar y enriquecer nuestras experiencias.

Con cariño,
Claudia Guerrero