Un día en Casa Roble
Cuando decimos "jugar", nos referimos a explorar y consolidar aprendizajes, imitando para aprender, entender el mundo y cómo relacionarnos con él. Tiene un significado que va mucho más allá de la mera definición de la palabra.
Nuestro Jardín abre a las 8:00, hora en que los niños comienzan a llegan por la mañana. Son recibidos por su adulta de referencia, momento donde los padres y la maestra intercambian algunas palabras sobre el estado de salud actual del niño, si durmió bien por la noche, etc.
Después de que la familia se despide individualmente, comenzamos el día con los niños reunidos en bienvenida y con el juego.
A las 8:30 hrs. junto a sus compañeros y adultas de referencia nos reunimos con un pequeño grupo en la primera fase de reencuentro en la sala de cada grupo, donde cada niño es recibido individualmente por su nombre. Jugamos con los dedos y cantamos una canción que se basa en la estación del año y que vamos repitiendo durante un período de tiempo más largo. De esta forma, los niños ganan seguridad a través de la repetición diaria y adquieren así un amplio vocabulario.
Luego de un delicioso desayuno con frutas y panecillos preparados por nuestra querida Paty, nos reunimos en el juego.
El «juego» en Pikler y Waldorf es utilizado como medio pedagógico porque en el primer septenio (0 a 7 años) la manera de acercarse al conocimiento se realiza a través del juego, la fantasía y la imaginación, incorporando más adelante y paulatinamente el pensamiento abstracto. De este modo evitamos la intelectualización precoz de los niños, las frustraciones y ganando en autoestima.
Por lo tanto cuando decimos «jugar«, nos referimos a explorar y consolidar aprendizajes, imitando para aprender y entender el mundo y cómo relacionarnos con él. Tiene un significado que va mucho más allá de la mera definición de la palabra.
En el juego los niños siguen sus propios impulsos e imaginación y, dependiendo de la edad, el juego tiene un aspecto diferente: se sacan y guardan cosas en las cestas y cajitas constantemente, otros se superan trepando el triángulo de escalada o se prueban en la tabla deslizante, construyen casas con tela, mesas y sillas; todo se realiza en libertad, promoviendo y facilitando la imaginación con diferentes elementos. Están también los que quieren que los tengan en brazos, quieren regalonear (mimos, apapachamiento) o que los lleven de la mano.
Dependiendo de la edad en el juego se pueden realizar también experiencias de imitación, que se trabajan en base a los elementos: agua, aire, tierra, fuego y belleza.
El juego en la sala cuna estarán los que rolan sobre sí mismos, ejercitan brazos y piernas, se sientan a jugar, otros gatean y recorren la sala, todos desafiándose a sí mismos. Aquí tiene lugar el tiempo de cuidados.
Alrededor de las 11 de la mañana terminamos de jugar y limpiar juntos. Entramos con los primeros niños a vestirnos adecuadamente para salir a la caminata o al jardín (según la edad). Para nosotros es especialmente importante pasar tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza todos los días, ya que los niños experimentan los elementos de forma muy intensa, desarrollando también la capacidad de contemplación. Recogen ramas, semillas, hojas y piedritas con las que juegan y traen de ofrenda a la mesa de estación. Al regresar nos dirigimos al patio del jardín.
Cerca de las 12:30 nos lavamos las manos por grupos ya que está el almuerzo recién preparado por la Paty esperando a los niños después del tiempo de juego en el patio, jardinería y huerta.
Después de almorzar hay otro horario de cuidados y cambio, lavado de dientes, manos, cambio de pañales, para posteriormente quienes lo deseen, pueden ir a una salita especial para descansar. Cada niño se acurruca en su lugar «propio» con su peluche, mantita de seguridad o tuto, mientras la maestra les canta una canción de cuna y se queda en la sala (o en el dormitorio en caso de los bebés), hasta que todos los niños se hayan dormido. Sin embargo están quienes no desean descansar, a ellos se les ofrece otro espacio para un juego tranquilo.
La tarde se estructura de manera similar a la mañana y alterna fases de estar juntos con todo el grupo y situaciones individuales entre el maestro y el niño.
Alrededor de las 15:00 compartimos la leche reuniéndonos por nivel.
Luego de ordenar entre todos, se deja fluir nuevamente el juego mezclando diferentes tipos de juegos, de intereses y edades. Ver a niños más grandes ayudando a los más pequeños o los pequeños imitando a los grandes, estimula y nutre los intereses de todos. Poco a poco los padres llegan a recogen a sus hijos.
Aquí también se deja espacio consciente para despedirnos y para pequeñas conversaciones con los padres.
Ritmo y Repetición
Un cierto orden básico da a los niños la seguridad que necesitan para involucrarse espontáneamente en cualquier cosa que tenga entre manos.
Por eso todos los días en nuestro jardín Casa Roble tenemos la misma rutina. Los niños llegan por la mañana a más tardar a las 9:00 hrs. y comienzan a jugar. Después limpiamos y ordenamos, hay un baile y un desayuno juntos.
Ahora es el momento de tomar aire fresco, ya sea en el jardín o caminata, aquí se pueden vivir las más diversas experiencias sensoriales y de movimiento.
La mañana termina con un cuento de hadas o un espectáculo de marionetas, que también se repite durante un tiempo.
Los niños también encuentran elementos recurrentes semanalmente. Así, los mismos días de la semana se realiza el mismo desayuno, la huerta o diferentes actividades artísticas. Por ejemplo: se amasa los lunes y se pinta con acuarela los miércoles.
Gracias a esta repetición diaria, los niños no gastan energía para adaptarse a actividades nuevas y cambiantes y, por tanto, pueden concentrarse por completo en su aprendizaje físico inconsciente.
Las fiestas anuales recurrentes se celebran en Jardín Casa Roble, lo que le da a todo el año su orden cronológico.
En este entorno seguro, los niños pueden moverse libremente y diseñar en forma segura su propio juego, de manera libre e independiente.
Al igual que en los grupos de la guardería, los modelos a seguir y la imitación, así como el ritmo y la repetición, forman la base de nuestro trabajo educativo que se refleja especialmente en nuestra rutina diaria rítmica y alternando entre fases de “estar solos” y “estar juntos”. Y en la rutina anual, marcando el cambio de estaciones.
Te invitamos a conocer nuestro jardín
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